Tu olvido.

Tu olvido.

Que bueno sería poder olvidar
y dejarse llevar así tan sólo...
Y yo que casi olvido todo,
pero tu imagen... ¡Siempre está!

El perdón, ¡Oh Gesto Divino!,

enaltece el alma y el corazón decora.
Mientras, yo sigo aquí castigado por tu olvido
y tu fría conciencia que no me perdona.

¡Qué maravilla especial contar con alguien,
confianza férrea en las buenas y malas!
Mas en la ausencia de tu sentimiento fiel
se marchitan las ilusiones y esperanzas.

¡Qué hermoso sentimiento el amor eterno,
caminar hacia el sol tomados de la mano!...
¡Qué pena terrible, qué dolor tan perfecto,
verte ya no recordar cuanto nos amamos

(Anónimo)