Mi primera vez, tras el reencuentro


Mi primera vez, tras el reencuentro



Te amo. Esas fueron las palabras que me dijo Alejandro antes de irse para Barcelona.
Su primo Marcelo estaba muriéndose por un accidente que había tenido hacia 3 semanas. Alejandro se fue, me llamo cuando llegó y me dijo: “Daniela, mira, ¿podés venir a Barcelona? Quiero que conozcas a mis papás y quiero estar contigo. Te extraño mucho”. Armé mis maletas y me fui.

Cuando llegué al aeropuerto estaba Alejandro esperándome. Se veía tan guapo. Tenía una camisa celeste que combinaba con sus ojos, unas bermudas beige y unos vans de cuadritos celestes y beige. Iba tan combinado y se miraba tan lindo sus ojos celestes, su pelo negrisimo, media como 1,78 y era blanco, digno de un nacido en Barcelona.

Bueno, llegué y cuando me vio me abrazó con fuerza y me cargó. Me dijo: “Qué linda te miras, amorcito lindo. Nunca más me voy a separar de ti otra vez. Qué linda te queda esa minifalda con esa camiseta” y nos fuimos.

Cuando íbamos en el carro, le pregunté que cuanto faltaba para llegar y él me dijo que 3 horas más o menos.

En eso me dijo: “Amor, quiero hacer el amor ¿Quieres hacerlo?”.

“¿Ahorita?”, le dije yo.

“Sí, ahorita mismo”, me contesto y se parqueo en un hotel muy bonito y pidió una habitación por 30 minutos, me dijo “debemos apurarnos” y subimos corriendo.

Nos metimos en la habitación. Cuando estábamos casi desnudos besandonos le dije: “Yo no quiero así mi primera vez. Mejor vámonos” y me levante y me vestí.

Nos bajamos corriendo y nos subimos al auto y seguimos el viaje sin decirnos ni una palabra. Él se miraba enojado, y bueno, llegamos como a las tres de la tarde. Todo se miraba bonito, estaba todita la familia de Alejandro. Me sentía intimidada por todos, así que le dije a Alejandro que hiciéramos el amor y él, sorprendido, me dijo “¡claro!”.

Nos fuimos, llegamos a su cuarto, puso las luces suavecitas y puso música romántica. Entonces me besó en la boca y me comenzó a quitar la ropa. Yo le dije, continua pero un poco mas rápido. Entonces me di cuenta de lo que estaba haciendo. Nos quedamos parados frente a frente, ambos desnudos, y me asusté. Entonces lo abracé y me dijo “No tengas miedo, todo va a estar bien”. Me besó el cuello y me empujo suavemente a la cama y me cayó encima.

Entonces me besó y me besó. Al menos eso fue lo único que recuerdo. Como a las dos horas me desperté y vi a Alejandro asustado y volteé a ver. Estaba casi toda su familia parados en la puerta y yo le dije: “Ale, ¿y ahora?”. Entonces me dijo “dame un beso”. Así me tranquilizó y me senté, lo besé y me dijo “detente, que me estoy excitando” y me cayó encima.

La mamá le dijo: “¡Alejandro! ¿No ves que nosotros estamos aqui?”.

“Perdona, mama, pero me excité. Tu lo sabrías si vieras este panorama y lo pudieras tocar” y mientras hablaba dirigía sus manos hacia mis partes bajas y me acariciaba los senos. En eso le dijo a su mama: “¿Hala, se pueden marchar?” y la mamá le respondió: “Alejandro, por favor, tienes sólo 19 años”.

“Sí mama yo sé que tengo 19 ¡Yo sé! Así que te pido que me dejes en paz, te des la vuelta y te salgas de mi cuarto, por favor”.

Bueno, la mamá se tuvo que ir y Ale y yo nos levantamos, nos bañamos (juntos) y nos fuimos.

Al fin bajamos, estaban todos sentados en el comedor y algunos en la sala. La mamá se moría del enojo y le dijo: “Alejandro, tu noviecita esa se va a tener que ir mañana” y él le respondió: “Sí mama, nosotros nos vamos mañana a primera hora, ni te molestes en llevarme al aeropuerto que nos vamos a ir en taxi. Vamos amor a alistar nuestras maletas”.

Cuando nos dimos la vuelta, el papá grito “No es necesario. Quédense los dos. Ésta es su casa y Ale no le hagas caso a tu mama ella a veces está loca” y la mamá ya mataba al papá.

Pero, en fin, Ale y yo nos casamos. Ahora estoy embarazada de mi primer hijo y soy muy feliz…

(Anónimo)