No hay que dejar escapar lo que se quiere


No hay que dejar escapar lo que se quiere

Me llamo Juan, tengo 20 años y estudio Marketing. Mi historia es la siguiente.

Hace ya algunos años -en concreto cuatro- en una mañana nublada, acompañado por mis padres en unas vacaciones de navidad, observé como los amigos de mis padres entraban en la casa acompañados por sus respectivas mujeres y niños. Una vez crucé la puerta, observé a una chica preciosa, morena, de estatura pequeña pero que iluminaba esa mañana nublada. Poco a poco fue calando en mi corazón, era tan linda, tan adorable, tan cariñosa… que no sabía cómo decirle que la necesitaba, que me gustaba hasta tal punto de llorar por ella, de sentirme impotente cuando comenzó a salir con un chico, me quería morir hasta que encontré el consuelo en otra persona.
Pasaron dos años y me enteré que lo habían dejado y yo estaba libre, así que me arme de valor y decidí llamarla. Quedamos esa noche. Iba preciosa, de blanco, con unos vaqueros y si os soy sincero no me salía palabra de la boca. Hablamos y le solté todo lo que sentía, y sin más dilación, cogió y me beso. Fue el momento más bonito de mi vida, estaba llorando y besando a la chica por la que tanto había sufrido.

Empezamos a salir y al principio todo estaba estupendo, reíamos, hacíamos el tonto vistiéndonos yo con sus pantalones y ella con los míos… Lo típico. Hasta que un día sin más no sé qué me entro por el cuerpo, que le dije que no estaba seguro de lo nuestro… La dejé sin más y al poco tiempo volvimos y la volví a dejar.

Supongo que era la edad, la inmadurez, fui el hombre más capullo de la tierra, ya que ella me dio todo y yo no supe corresponderlo. Pero lo más jodido es saber que nada tiene color sin ella y cuando recuerdo esos momentos mágicos me desmorono contra la pared.

Hoy por hoy he hecho mil cosas para convencerla y pedirle perdón, le he tocado el saxo en su casa, le he mandado rosas, le he dejado mensajes por la calle, pero parece que ella ya se olvidó de mi. Así que recuerden agarren con fuerza todo lo que deseen y nunca dejen escaparlo, luchen por ello y aunque no esté con ella, ella está conmigo y seguirá luchando y rezando para que la hagan feliz.

(Anónimo)