OJOS DE BARNIS ROJO

OJOS DE BARNIS ROJO



Hoy otro de los niños que molesta a mi amiga, derramose su sangre sobre el barniz descolorido.
Que mi alma en pena se oponga a sus actos, porque gracias a ella tengo un porque para vivir.
Los ojos de mi muñeca me miran como la sangre bajo los tapetes carmesí.
Esta dichosa con mi trabajo, su sonrisa y su mirada muerta fija en mí lo dicen.
El cuarto oscuro esta y solo el rojo de la sangre puede verse.
Este bello palacio nunca plagado de sangre ha estado.
Yo la he traído, la muñeca me lo ha ordenado.
Y entre el color de mis uñas la, muñeca es un espejo.
Que me muestra el sendero que de su iris me mancha.
Ella me habla, hoy lo hiso y ayer también
Hoy un niño plago su llanto y hoy también.
Es el merecido precio por molestar a la muñeca.
Ella, me ama, soy su protectora, es mi aura, es mi compañía, porque un ser oscuro soy entre los espejos rojos.
Mis uñas hacen juego con sus espejos, los espejos que taladran la verdad olvidada.
Y una ser olvidada al alba me he convertido sin darme cuenta, pues mi muñeca es lo único que necesito y no importa nada más.
El pasado tira piedras hacia la ventana, llamándome para que salga. Pero la muñeca me mira y me dice “quédate, quédate” y aun amigo caso hay que hacerle, en especial cuando a él le temes.
Pero miento, soy mitómana, me miento a mí misma, porque creo tenerle miedo a mi amiga, pero no es así, buena es, buena será, mi amiga es, mi amiga será.
Quizá el pasado una ventana logro medio romper, roer un pequeño cristal por donde sale un vago recuerdo de familia y amigos, “quédate, quédate” la muñeca me habla, y yo serviré a sus dulces y carmesís palabras, porque amiga es.
Amiga es cuando está sola contigo en la oscuridad, aunque ella misma te haya metido en ella, me miento, mentirosa soy, no fue ella, ella es mi luz, ella es mi rojo espejo, ella pinta mis uñas, soy mentirosa, soy mentirosa, me castigara por ello.
Un llanto de un bebe, de un niño, contarme ella lo hace siempre, la manera tan dura en que fue maltratada, siéntase pena por ella, solo yo, ella solo a mí me tiene, y yo a ella, pero aún más siéntase pena por los que a ella tiñeron de negro, pues de rojo serán teñidas sus almas.
Cuando no tienes nadie más y un cuervo te besa, nada más hay en el mundo, la esperanza se extingue, pero la muñeca me beso, ella me dijo la otra salida, y créeme que la luz del túnel está cerrada, es una puerta de madera, aprisionada, encadenada, dejándome atrapada con la amistad roja, un espejo hablante, “quédate quédate. Quédate quédate”
Si tú eres un alma en pena cuyos ojos son del color del espejo, acércate, escucha lo que la muñeca dice, su mirada roja tiene algo que decirte, y entre la sangre caída de los infantes, y mis uñas tintadas, te diremos con los ojos abiertos en ti: quédate, quédate, quédate, quédate.

(Anónimo*)